Los juegos de móvil, una tendencia poco beneficiosa

Tras algunos días de ausencia vuelvo a la carga, esta vez con uno de esos artículos que creo no va a dejar indiferente a nadie, o al menos, eso espero. Ayer por la noche mediante Twitter surgió un tema interesante debido a unas declaraciones de Midori Yuasa, presidenta de Capcom Interactive. Dijo literalmente que los jugadores de PC y de consolas portátiles estaban dejando dichas plataformas de lado en favor del teléfono móvil. Los últimos puede ser en pequeña medida, pero eso de que alguien deje de lado una experiencia de sobremesa completa como es el PC para irse a un teléfono móvil… va a ser que no. No obstante, no nos adelantemos y vayamos por partes.

Aunque probablemente todo comenzó antes, realmente el boom de los juegos en los teléfonos móviles se produjo (al menos en España) con la llegada de los móviles Nokia con precios accesibles a todos los adolescentes, y el famoso juego Snake. A partir de ahi, comenzó una moda (que aún dura hasta nuestros días) de páginas que ofrecían servicios por SMS tales como juegos, logos, melodías, etcétera. A medida que las generaciones de móviles avanzaban, los gráficos iban mejorando y los juegos haciéndose algo más avanzados, pero no dejaban de ser juegos de tercera fila.

N-Gage intentó ser un punto de inflexión, pero fracasó estrepitosamente. El verdadero cambio se produjo gracias a Apple y la llegada del primer iPhone y del primer iPod Touch, que presentaban unos elementos para el juego bastante innovadores, como una pantalla multi-táctil y un acelerómetro.

Desde ese momento, los juegos para móviles empezaron a ser protagonistas en multitud de páginas webs, y más recientemente, es un mercado que está creciendo a pasos agigantados gracias al asentamiento de Android a nivel mundial, que poco a poco se está poniendo al día en este aspecto.

En la App Store podemos encontrar miles de juegos, pero, realmente, ¿cuántos son buenos? Yo diría que muy pocos. Es más, me preguntaría, ¿qué es un juego bueno en un móvil? Creo que para mi, y para miles de jugadores en todo el mundo, el control es algo fundamental. Desde siempre se ha buscado la forma de hacer un control más preciso, más cómodo, y hoy en día seguimos en esa lucha con el reciente lanzamiento de PS Move y Kinect.

No cabe la menor duda de que podemos encontrar títulos como Resident Evil (por poner un simple ejemplo) que gozan de una calidad fuera de toda duda, pero… ¿se manejan bien? Claramente no, igual que en un Nokia era un engorro jugar con un teclado, ahora pasa exactamente lo mismo con los joysticks virtuales. Exactamente lo mismo.

Por otra parte, podemos encontrar productos realmente innovadores y con un control perfectamente adaptado como Plants vs. Zombies o el exitoso Angry Birds. Si nos ponemos a pensar, realmente, entre los miles de juegos que podemos encontrar en la App Store, apenas podremos decir que 10-15 títulos realmente merecen la pena. Y a no ser que estemos muy bien informados, encontrar la calidad entre tanta basura es una ardua tarea.

Por cierto, si os habéis dado cuenta, quitando algunas excepciones, la mayoría de productos no dejan de ser adaptaciones o imitaciones de licencias de juegos ya anteriormente conocidos. Si no fuese por todo ese amplio abanico de ports, ¿que quedaría en la App Store? Poca cosa. Y ojo, que esto no es ni mucho menos una crítica contra Apple, compañía que lo ha hecho todo increíblemente bien, sino una crítica contra su política de admitir cualquier basura, y otra crítica a las distribudoras del mundo que no dejan de sacar ports y refritos en lugar de pensar en ideas originales como las dos anteriormente citadas, aunque una de ellas venga del PC y resulta que se adapta como anillo al dedo a la pantalla tácil.

No me cabe la menor duda de que la App Store es muy rentable para muchas desarrolladoras (y más para algunos clonadores profesionales (1 y 2) como Gameloft), pero lo cierto es que desde luego no es un mercado que vaya a sustituir al tradicional ni mucho menos. Eso sí, resulta peligroso ver como muchos usuarios, normalmente jugadores poco habituales, esgriman argumentos como «Este juego en la App Store vale 3€ y en otra plataforma vale 40€» y con ello justifican su piratería. El desconocimiento es un factor que juega a favor de estos productos, ya que aunque consigan beneficios multimillonarios, en los comentarios se pueden leer multitud de críticas, buena prueba del descontento de los usuarios con el producto adquirido, pero un sistema de referencia al que probablemente poco usuarios hacen caso.

Mucha cantidad pero poca calidad

Somos muchos los que disponemos de algunos juegos de iPhone o Android a los que le hemos dedicado algunas horas, pero desde luego creo que la experiencia jamás es comparable a la que puede ofrecer un producto bien elaborado de Nintendo DS o PSP, y mucho menos si lo comparamos con las plataformas de sobremesa. Creo que el efecto es algo similar a lo visto con Nintendo Wii, no es un traslado de usuarios, sino una ampliación del mercado, personas que antes no jugaban y ahora sí. O personas que si juegan y que no van a dar de lado a las plataformas tradicionales a cambio de partidas esporádicas en un terminal móvil.

Y ahora os preguntaréis como es posible que diga que todo esto es una tendencia poco beneficiosa si como yo mismo he dicho los usuarios tradicionales no van a dejar de lado una plataforma «pura» a cambio de un móvil. Pues bien, el peligro es que personas como la presidenta de Capcom Interactive, citada al inicio de este artículo, hagan declaraciones como esa, argumentando de por medio el bajo coste de desarrollo de dichos títulos y sus amplios beneficios. Esas palabras serán escuchadas por los inversores de cientos de compañías en todo el mundo, y los inversores no entienden de videojuegos, sino de dinero. Esa es la verdadera amenaza, el enorme beneficio que da hacer productos de mierda. Al menos nos queda el consuelo de que, rebuscando entre la mierda, hay un par de ideas originales.