¿Por qué algunos juegos quiero que se acaben cuanto antes?

Hace relativamente poco traté en el blog el tema de los juegos cortos, así que siguiendo un poco la estela del artículo, me ha dado cuenta de que a veces me paso la vida corriendo en algunos juegos, deseando que se acaben. ¿Por qué puede ser esto?

No son pocas las ocasiones en las que los usuarios comentan con tristeza que están desilusionados con los videojuegos, que ya no es lo que era, o que llevan algunos meses de bajón en su hobby favorito, aunque por suerte siempre acaba saliendo algún título que les devuelve la ilusión. Casi todos hemos pasado por esa fase, pero, ¿es culpa de los propios títulos?

En los últimos años me ocurre siempre lo mismo con muchos títulos, que estoy deseando ver los créditos. Pongamos por ejemplo (aunque es aplicable a muchos títulos) Crysis 2. El juego es bueno, tiene una atmósfera genial, unos gráficos que quitan el aliento y un ritmo bastante intenso. Sin embargo, a medida que voy jugando, cuando llevo unas tres o cuatro horas con el mando en la mano, mi cabeza no puede dejar de pensar en una cosa: acábate ya.

El segundo caso podría ser Mass Effect 2 o Portal, juegos de diferentes géneros pero con un elemento en común: el argumento engancha, quieres saber como acaba. Sin embargo, la calidad jugable es tan elevada que en ningún momento uno tiene esa sensación, se disfruta minuto a minuto.

Por el contrario, podemos encontrarnos con títulos donde la historia es inexistente y prima la jugabilidad, Dirt 2 o Ridge Racer sin ir más lejos. En éstos, pasa igual que con los citados en el último párrafo, se disfrutan a cada momento, sin pretensión alguna.

Evidentemente podríamos hacer cientos de líneas citando ejemplos, pero creo que con ésos tenemos suficiente para hacernos una idea de por donde van los tiros. ¿Por qué puede ser que los primeros tenga tantas ganas de acabarlos? Desde luego malos no son, pero creo sinceramente que se está cayendo en la repetición constante de situaciones, títulos que no innovan nada, y que más allá de tener un skin propio, no ofrecen absolutamente nada nuevo al jugador.

En esta generación tenemos casos muy marcados de identidades propias, como podría ser Call of Duty, Gears of War o Bioshock, pero hay otros cientos de títulos que en este sentido apenas pasan de la mediocridad, copiando elementos sin ton ni son de otros y pegándolos en su desarrollo. Al final, el jugador se aburre, porque un guión de una película (cuya duración no suele exceder las dos horas) no lo puedes alargar hasta las 8 u 10 horas si no tienes un apartado jugable muy robusto de por medio, porque acaba siendo aburrido, y al final el jugador recorre los escenarios corriendo y deseando llegar al final.

Una película necesita de un guión (ya sea un filme cómico, dramático, etcétera), mientras que un juego puede funcionar por si solo sin necesidad de él (véase Tetris, el ejemplo más sencillo). Sin embargo, cuando los desarrolladores meten una buena historia a un videojuego, no deberían olvidar que lo más importante es la jugabilidad, es su pilar principal, porque sin ella, no son nadie.

Un buen ejemplo de ello podría ser Heavy Rain, título que si bien decide apostar por contarte una historia, tiene un apartado jugable único, metiéndote como nadie en la piel de los protagonistas. Sin embargo, si su jugabilidad hubiese sido la de una aventura de disparos, apenas pasaría de título mediocre.

En resumen, lo más importante de los videojuegos sigue siendo la jugabilidad, y si una buena historia no la sustentas en dicho pilar, el juego acabará desmoronándose por todas partes. Podrán ser excelentes productos si los analizamos con una calculadora como hacen algunos analistas, pero a la hora de que el jugador te de sus impresiones, te dirá que le ha aburrido. Y no creo que nadie juegue para aburrirse, ¿no?