Los DLC’s (o contenidos descargables) son una cosa maravillosa. El jugador va a la tienda a comprar un juego muy esperado y a pagar gustosamente por él. Llega a su casa y lo juega, se lo termina y le encanta, y además puede darle caña al multijugador. Meses más tarde, la compañía lanza un contenido descargable que añade varias misiones al juego por un módico precio, y el cliente paga encantado. Por ejemplo, los contenidos descargables de GTA IV, que bien podrían ser denominadas expansiones, de las de toda la vida.
Ahora no es así. Ahora el jugador repite el proceso de comprar el juego, pero cuando llega a casa se encuentra con que nada más meter el juego en la consola, ya hay misiones de contenido descargable disponible. ¿Cómo es eso posible si el juego ha sido lanzado hoy? Bueno, ya verá el jugador que hace, y empieza su aventura. Cuando lleva un rato disfrutando del título, un personaje le ofrece una misión que tiene pinta de estar chulísima, y según vas a aceptar la nueva «quest», te encuentras con que te salta un pop-up que te dice: «Paga 10€ si quieres disfrutar de esta misión». ¡Pero esto qué coño es! ¿En medio de una partida de un juego que te acaba de costar 70€ me dices que pague para desbloquear algo que ya venía metido en el disco? No way.
Aún recuerdo perfectamente ir a finales de septiembre de 2002, cuando apenas tenía 14 años, a comprar Battlefield 1942 a la tienda GAME. Lo disfruté como un enano, y prácticamente cada mes salía un nuevo parche para el juego. Éstos no se limitaban a corregir errores o a balancear el multijugador, sino que añadían nuevos mapas y armas. Seis meses más tarde se lanzó una expansión por 20€, que añadía 6 nuevos mapas, 2 nuevas facciones y 11 nuevas armas. ¡6 mapas, 2 facciones y 11 armas! Hoy en día da gracias si te dan 2 mapas por 10€.
Y cuando pensábamos que no podía haber nada mas ruin que Capcom intentando cobrarte 5€ por un trajecito nuevo para Street Fighter, alguien se le ocurrió la magnífica idea de los «season pass», o pases de temporada. Resulta que ahora te compras el juego y te viene un papelito dentro en color muy chulo (mucho más que el cutre manual que muchas compañías ya ni incorporan) y te dicen que pagues 30€, 40€ o incluso 50€ por una serie de contenidos descargables que saldrán durante los próximos meses. Y ojo, porque están muy bien planificados pero nunca vas a saber si luego realmente merecerán la pena o serán buenos. O incluso si seguirás jugando al juego, pero lo importante es que ya has picado.
El recién lanzado Borderlands 2 tiene un pase de temporada de 30€, e incluye todos los contenidos descargables que se lancen… o no, porque recientemente ya han confirmado que a pesar del pago de los 30€ a los 70€ adicionales que el juego te haya podido costar, habrá varios contenidos que no entrarán, es decir, que una vez más habrá que pasar por caja. Por si todo esto fuese poco desde el día 1 está disponible un personaje nuevo por 10€. Todos locos.
Es decir, el jugador se encuentra con que si, por ejemplo, se compra cinco juegos al año, está pagando 350€ por los juegos y casi 200€ por los contenidos descargables. Porque hasta juegos eminentemente monojugador como Max Payne 3 sufren de esta dolencia.
Hoy me he encontrado con una mejor aún. Forza Horizon, que saldrá a la venta el 26 de octubre, puedo reservarlo en Amazon España por 54€. El juego viene con más de 100 coches, bastantes más. Sin embargo, ya han anunciado un pase de temporada que costará, atención, 50€. Casi más que el juego. A mi no me parece ni medio normal.
Luego estos juegos que cuestan 100€ entre juego y contenido descargable los encontrarás en edición juego del año a 30€ unos meses después. ¿De verdad no saben aún por qué bajan las ventas del día de lanzamiento respecto a años anteriores? Así da asco comprar.
Gran parte de la culpa de todo esto la tienen los juegos F2P (Free to play), títulos gratuitos a los que puedes dedicar unas horas, pero en cuánto quieres subir de nivel o conseguir buenos objetos, tienes que pasar por caja. El modelo es legítimo, y más allá de que como jugador no me agrade, es normal que tenga éxito y que muchos usuarios se gasten el dinero en esos productos, porque cada vez son de mayor calidad. El problema viene es cuando la industria tradicional ve la cantidad de dinero que se puede hacer con pequeñas transacciones y deciden implementarlo en juegos de 70€. No señores, o el juego es gratis y me cobras por todo o el juego vale 70€ e incluyes todo, pero lo que no puede ser es que te gastes un buen dinero en un producto y encima te lo quieran vender a cachos, o cobrarte por desbloquear cosas que ya están metidas en el mismo disco, lo cuál debería ser ilegal a todas luces.
Cada vez son menos los jugadores que compran los productos de lanzamiento, y no es por su elevado precio, o por la segunda mano, sino porque las compañías no paran de gritar a los cuatro vientos la cantidad de contenidos descargables que tendrán sus juegos mucho antes de que se pongan a la venta, y así a uno se le quitan las ganas, mejor esperar. Porque en realidad, lo normal de los pequeños accesorios para el juego, es que fuesen gratuitos. Como hace Valve, sin ir más lejos.
Los DLC’s no son malos, ahí tenemos las expansiones de GTA IV u otros muchos ejemplos de maravillosos contenidos realizados a posteriori por los que todos los jugadores pagarían encantados. El problema son las compañías que deciden abusar de ello de forma casi criminal. El sector no se hunde, lo matáis vosotros.